Al mirarte, desnudo tu grácil figura encubiertas en las líneas, tu cuerpo se queda frente a mí sin vestidura con deseo en mis brazos te arropo. Tu gemido en envoltura transformado ciñéndose a mi cuerpo nos avasalla el deseo convirtiendo el balbuceo en grito apasionado a la voz interna en el instante que te poseo
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