
Te prestare mis manos para que lentamente suban tu vestido
y al hacerlo, irán rozando las yemas de mis dedos tus muslos,
desde tus piernas abiertas, llevarlos de paseo a tus pezones
esparciendo tu dulce aroma donde se va regocijando mi olfato.
Ya desnuda, te invitaría a mirarte en mis espejos
exponiendo tus jugosos y excelsos labios sin pudor,
en círculos mi lengua acaricia tu delicado clítoris
deshaciéndote agitada, voluptuosa comienzas a gemir.
Mis caricias sensuales irán despertando tu placer
los espasmos explotarían en tus glotones glúteos,
tibio, suave, exquisito, palpándote a todo lo largo
vibrarías incesante al compas de mis negros deseos.
Caerías en tal estado que de la mano llegaría el éxtasis
y a borbotones ardientes no solo de tu roja sangre
que no dudaría en poseerte invadiendo tus sentidos
hasta saciarte completa, plácida y generosamente.
Te contemplarías orgásmicamente en un instante
como te contemplo en cada una de las noches yo,
en la serenidad sintiendo el gozo que al fin desciende
en tu dulce y extenuado cuerpo por extrañarme tanto.
Al fin te dormirías en aras y a orillas de tu sueño
desnuda, descalza en este nuestro amor delicioso
Y estarías deseando de nuevo tenerme en la cama
Sí, si te prestara mis inquietas y ardientes manos.

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