
Lento, amoldamos a nuestros sexos, lento hasta la base
besándote el cuello acaricio tu espalda tomando tu pelo
aferrado a tus briosas caderas dejo me guie el instinto,
el que tus quejidos y tus palabras obscenas me despierta.
Al adentrarme en tu estreches mi dureza crece firmemente,
al escuchar de ti el grito, quiero probarte, déjame sentirte,
con esas palabras te vuelvo a embestir dura y salvajemente
Porque de antemano sé que no soy quien para contradecirte.

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