Mis dedos ligeros como plumas
recorren tus torneados muslos
buscando darte mayor placer,
al llegar a ese punto Grandioso. . .
Tus caderas se alocan. . .
revolotean. . . .se elevan,
de tu boca , un grito apagado
por mis labios, tu pecho eleva.
El tiempo antes lento al llegar la oscuridad,
en tus ojos se reflejan las descargas
al sentirme en tu humeda profundidad,
de los instintos presos, no hay pecado,
que nos impida acariciar, tu cuerpo. . ..
mi cuerpo. . . , y hacerte por fin. . .
sentir una gran mujer en realidad.
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