En mis gruesos muslos regordetes y enmarcados
los agasajos de tus dedos han sido ausentados.
En los glúteos que a tu vista la forma le agradaba
el halago ausente de tus palmas no lo demostraba.
En los seminales copiosos que al verte emanaron
anhelos errantes que en tu lengua fuese degustado.
En la marcada diferencia prenatal de ser varón
Que de tus labios incitantes quiso ser favorecido

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