
tus gemidos se pierden rotos en mi carne caliente, tensa y roja por tus besos.
Son tus pezones los que van arando lujuriosos el camino existente en mi vientre
deteniendose de ida y de vuelta esclavo de tiempos eternos torturantes y mágicos.
Tendida sobre mi te mueves frenética quemando mis oídos con tus obscenidades.

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