desnudas tus rodillas Apoyándose sin el cojín de plumas Como dos racimos tus pechos bamboleando Contrastan con las yemas de mis dedos Tus manos húmedas y calientes Aferradas a la redonda y larga piedra mientras lames el manantial brota insolito en la descarga mis ojos puestos en tu boca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario