
He sido siempre tan tuyo, que hasta dios lo sabe,
fríamente intentas cada mañana abandonarme
comprendo que el encanto de mi aroma pierde
ante otro, el encanto del deseo y quedo inerme.
Me adhiero a la esperanza que un día concluya
tus deseos pensados, a cada instante los intuyo
indiferente ante quien se acostó en cama tuya
con ensayo, elogio algo de quien antes fue tuyo.

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