
Tus brazos fatigados por el propio peso del pasado,
desgarrada y desvencijada tú alma está exponiendo,
te entregues en una lucha estéril que podrá lastimarte
y sigo en pie combatiendo tus embistes enfurecidos
Quién te protegiera, te iniciaste en esta lucha buscando,
pero ahora, todo propósito ha cambiado ante el fracaso,
en tu mente ya no sabes ni como poder dejar de luchar,
en lo profundo, sin embargo resurge en ti un recuerdo

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