Que más que seducir, ofreces en juego vil tu cuerpo, invitando
a poseerte, intentas despertar las ganas, jugando superfluamente.
tu cuerpo, falto de caricias maternales, un par de manos va buscando,
entregas tu piel, de afecto carente, a cualque abrazo en forzoso apriete .
Ofreciéndole al HOMBRE, tú ordinario trasero , cuando decides restregarlo,
despiertan los deseos fecundadores, de tu elegido apaga fuego intrauterino.
De antemano, vienes húmeda y excitada, diciendo que para ti es un juego,
mas tu lengua, tu matriz, y tu cuerpo entero, por esfogar inician primero.
Tu ínsita insania, incitada por el voraz fuego de tu cuérnago vaginal,
provoca la vorágine ardiente de tu lujuria, a ser poseída con denuedo,
vuelas, por ligera, a ser vertedero, del placer de tus juguetes sin igual,
la conciencia es perecedera, la moral, humana, queda de recuerdo.