
Acercando mis labios ardientes a los tuyos
y allanando tu perfecta sonrisa,
encuentro el gusto del néctar de tus labios
mordiéndolos suavemente, aclaro la fuerza
de tus ojos vacilantes...
Sin poder controlar mis manos,
dejo se deslicen por tus pechos,
encontrándolos estrechos uno del otro,
sofocados por el calor, dispuestos
a explotar ante este hecho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario